Joan Manuel Serrat: Pequeñeces de una vida

miércoles 3 diciembre 2008 · Archivado en MÚSICA · Tagged cantautor, MÚSICA, Mediterráneo, novedades musicales, PERFIL, SERRAT

Pequeñas cosas son aquellas que hacen sonreír sin saber bien por qué, llorar con o sin motivo, y también tararear canciones de vagabundos trovadores.

Joan Manuel Serrat no es un cantautor cualquiera, díganselo sino a las jovencitas cincuentañeras que por aquel lejano ya, año 1971, asaltaban las tiendas de música en busca del LP Mediterráneo, uno de los álbumes más importantes en toda su carrera profesional.
El cantautor catalán ha sacado como regalo fetiche de navidad para estas mocitas, sus maridos, y muchos de sus hijos una antología musical basada no en la melodía de sus discos, sino en las letras de sus canciones. Algo personal ha servido al cantautor de repaso en sus más de 400 canciones que ha creado a lo largo de los 44 años de vida profesional que lleva a sus espaldas.

Tras el gran éxito de la gira Dos pájaros de un tiro junto al callejero Joaquín Sabina durante el año 2007, Serrat se ha propuesto continuar su estela en los escenarios y el mercado, anunciando además, que a mitad del año 2009 trotará por nuestras ciudades con la gira Serrat 100×100, al lado de Ricard Miralles, una vez finalice sus andanzas por países sudamericanos.

Y es que desde que el 27 de diciembre de 1943 el barrio barcelonés de Poble Sec concediera su seudónimo a un niño de padres obreros y antifranquistas, las calles de aquella ciudad se han convertido no sólo en santuario de muchos músicos, seguidores y turistas, también de un sector de la población que siente en cada una de las letras del gran poeta «charnego» una veta de ilusión por el compromiso, la lucha por la tolerancia, la igualdad y la libertad. Cada una de las palabras de Serrat consiguen que estas palabras tan corrompidas no suenen lejanas o perversas, muy al contrario, se unen a un sentimiento tan cercano y natural, que no es de extrañar que canciones como «Para la libertad», «Te guste o no», «Pueblo blanco» o «A quien corresponda» no hayan renunciado a ser críticas con los mismos vicios de nuestra sociedad.

Temas políticos que le sirvieron como pasaporte al exilio de su país hasta que la férrea censura de Franco se calmara. Porque ni la exigencia de cantar en catalán en el Festival de Eurovisión en 1968 fue un acierto para el régimen dictatorial, ni las promulgaciones libertarias de sus canciones. Una de sus más que anecdóticas historietas de guerrillero se guarda en el interior del Monasterio de Montserrat. Allí, en el año 1971, junto con numerosos intelectuales, artistas y demás jóvenes revolucionarios se encerraron para denunciar públicamente el proceso de Burgos y la pena de muerte. En ese momento, dicen, escribió su canción Mediterráneo y aunque el Nano de Sudamérica, niegue tal suceso, una sonrisa le contagia las arrugas propias de un viejo sesentón «recuerdabatallas» al que aún le quedan muchas leyendas que inventar.

Este compromiso con las injusticias de ayer y de hoy ha conseguido que Joan Manuel Serrat sea reconocido en todos los países a los que ha viajado: Méjico, Argentina, Uruguay, Perú, Cuba…; en cada uno de los países de América del Sur, Serrat es considerado uno de los grandes junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Víctor Jara. Porque Serrat además de tocar la guitarra a modo de protesta, es por encima de todo, un poeta nostálgico, partisano y amante de los detalles.

Poemas de amores, luchas, injusticias, poesía sobre la poesía, grito descorazonado. Un temblor del corazón en la garganta que logra despuntar con palabras el alma más cercana a las pequeñeces de la vida.